En mi investigación sobre modelos de liderazgo que se puedan aprender y que sirvan para alcanzar resultados sostenibles, encontré más de 60 estilos documentados, pero solo dos de ellos contemplaban entre sus competencias los valores.

Existe una creencia muy extendida que sitúa al liderazgo al frente de personas, como definición, para conducirlas a objetivos comunes.

Esta definición es cierta sólo en parte. El liderazgo no consiste únicamente en conducir o guiar personas. Antes, debe conducirse a sí mismo, establecer sus prioridades, sus valores, construir su ADN y ser consistente con el tipo de persona que haya decidido ser. Cuando una persona se lidera a sí misma, los demás la seguirán. Transmitirá convicción, confianza y carisma.

Hay cuatro componentes básicos del ADN que construyen a un o una líder: 

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